domingo, enero 21, 2007

Pieza a pieza...



Telescopios, coches teledirigidos, muñecos de peluche, libros de aventuras, coches de policia, punto de cruz, vestiditos de muñecas, cajitas, libros, monedas, cacharros de cocina, minerales, pañuelos de cuello, dedales, abanicos, juegos de mesa, plumas estilográficas, carteles antiguos, cómics... multitud de chismes que a simple vista no nos dicen nada, pero que según los estudiosos del marketing, a la gente la hace ilusión tener. Y tras un excelente trabajo de búsqueda de ejemplares, minimización y copia y publicidad, se ofrecen todos estos cachibaches en el quiosco de la esquina. El formato: Coleccionable retractilado, con carton duro enorme para hacero más vistoso y engorroso. En general, con segunda y tercera entrega al precio de una y con coste y duración siempre indefinida. Características que hacen disgustar al abnegado libretero o quiosquero, que no tiene más remedio que aguantar el tipo.

Me paro delante de un quiosco o librería, me paro, miro al suelo o la parte baja de la pared que es dónde suelen estar los grandes embalajes de estos coleccionables inútiles. Me los miro con curiosidad ¿cúal será la última novedad? ¿qué cacharro a partir de ahora, se hará indispensable en la vida de alguien, que cada semana sin falta irá a buscar a la tienda? Flipo con las tonterías que sacan, en serio. ¿será posible? ¿A qué segmento de mercado va dirigido? ¿Para despertar la curiosidad de los jóvenes? ¿Para alimentar los recuerdos de los grandes?¿Para que éstos enseñen a sus niños lo que hacían ellos? Porque me he fijado que es básico tocar temas un poco "retros"... (léase Abeja Maya, dedales de coleccionista, muñecas de porcelana, coches -carromatos- de época....)

A ver, por curiosidad, ¿qué objeto sería de colección indispensable para mi? Nada, no se ocurre nada. Y si ocurriera que me gustara algo coleccionable, creo que la gracias sería encontrarlo por mi cuenta, sin esperar que me fuera escogido y entregado cada quince días. Por otro lado, yo no tengo paciencia para esperar a montar un coche de guardia urbana (por cierto, urticaria me daría!) en 18 semanas. Si tuviera que construir una bici pieza a pieza, no podría estar contemplando hoy pedal derecho, en dos semanas, freno izquierdo, en cuatro semanas, sillin y adhesivo,.... jeje... me recuerda a la bicicleta que los Zipi y Zape trataban de conseguir semana a semana, nota a nota. Aquélla bici que "sendos" hermanos anhelaban y que juro y perjuro, nunca les vi completa.


No sé a quien se les ocurren estas geniales ideas fasciculo a fasciculo, ni sé quien es capaz de engancharse a estas colecciones guiadas, pero lo cierto es que cada temporada aparecen como setas alrededor de quioscos. Será porque no necesitan humedad, ni tierra abonada. Será porque la gente con tanto internet, ya no va a los mercados de intercambio y se les hace muy cuesta arriba, todo "esfuerzo físico" que se necesita. Como los Zipi y Zape en la viñeta final, que corrían cuesta arriba escapando de castigo, mirando atrás y viendo como Don Pantuflo Zapatilla o Doña Jaimita no les daban jamás alcance.


Sigo dando vueltas y no encuentro mi colección idónea... Aunque... quizás tenga que coger algun capítulo de Barrio Sésamo, no me quedó muy claro lo de Derecha-Izquierda, y en el tema Lejos-Cerca, a veces me encallo!
Menos mal que no me perdí los números, ... ni a Coco!

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