miércoles, febrero 28, 2007

Un sinsentido como agradecimiento.

Alguien muy especial me ha pedido que entre esta carta en ell "Ante todo, mucha calma". Está claro que no voy a negarme, al contrario!! me llena de orgullo tenerle en este pequeño espacio. No sé cómo presentarle correctamente, porque los recuerdos se desdibujan y mitifican la persona, aunque si me guio por intuición, sé que no debo perderlo nunca. Lo que puedo afirmar es que le debo gran parte de este blog y un amigo en comun extraño, bohemio. La distancia modera las acciones, las apuestas, gracias a Dios!!!....- aprovecho para decir que sólo doy las gracias a éste, pues a los amigos "hechos con hechos" "se saldan", hombro contra hombro... sin más.
Quizás sea un poco indescifrable para neófitos, pero no por ello menos impactante, es opinión personal. No tengo palabras. I., un poco más...

UN SINSENTIDO COMO AGRADECIMIENTO.

Recordaba perfectamente su primera imagen, colores, muchos colores, como un de los dragones del parque Guell. Moderna y con colores. Colores que escondían algo, el desparpajo, la soltura, su alegría desbordante, y no sabía quién era.

También era fácil recordarla en movimiento, porque algunas personas no pasan desapercibidas, aunque no hagan nada.. Era un murmullo de personas, de risa y de alegría, sana alegría. Y un tren se movía de un lado a otro, arrollando a todo aquel que estaba en su camino, que era el suyo. Llegaba el tren de colores, se paraba, hacía sonar su sirena y su humo te penetraba por todo el cuerpo y sin querer, uno cogía ese tren sin subir en él. Acompañando la mirada hasta la próxima estación, un metro más alejada ... y sin saber quién era..

Tenía otro recuerdo inolvidable. Era un flash: un cruce, un instante inmenso, un suspiro de deseo que ni imaginas su fin. Se cruzaron la mirada, iban a chocar pero tuvo que apartarse. Era un gran tren, le dio miedo y salió corriendo mientras miraba hacia atrás, con muchas posibilidades en convertirse en piedra de sal. Y sin saber quién era

La locura le invadió, así como otra cosa, y el deseo y la pasión. Todo bien conducido por dos ángeles caídos que le animaban a tenerla y poseerla. Qué facilidad poder despegar los pies del suelo y recrearse. Pero tras una vitrina de cristal, que nos deja ver nuestros deseos sin poder conseguirlos. Sólo percibir su perfume, pero sin saber quién era...

La semilla se quedó allí, pero el sol de la mañana hizo que germinase entre ojos ajenos. En ese momento una sensación de estado juvenil se instauró para dejar libre el deseo sexual y una amistad inaudita. Y no sé quien es...

Una cosa lleva a la otra y el tiempo pasa y surge la genialidad, que resulta distinta para cada persona. Pero en otras, coincide en momento y estado, y es cuando se produce la admiración, que no la idolatría... Y todo eso sin conocerse...

Y los caminos de la vida son distintos, se cruzan y se separan. Y son las obligaciones las que nos atan a la vida real, no a la mental. Y tiene que ser así, porque así lo decidimos cada uno de nosotros.

Sólo le quedó decirle que fue un placer poder cambiar opiniones y reírse juntos. Que se alegra de su amistad y su sinceridad sin llegar a conocerse. Que gracias por confiar en él, conociendo que no le conoce.

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