domingo, marzo 04, 2007

LUNES. La hostelería en miniserie.






Dado que estuve cara al público durante mucho tiempo, y dado que me gusta dar la paliza, he pensado que voy a describir los dias de la semana segun la hostelería. Particularmente desde el punto de vista de alguien que está tras la barra de un bar de copas de 18.30 a 2.00h. cada día. Será la descripción de la fauna que pasa por un bar de este tipo, segun los días de la semana. Si creo que sale bien, iré planeando otras 6 entregas hasta completar los 7 días. Y si veo que no tiene miga, abandonaré el proyecto.

Siempre ha sido una asignatura pendiente, así que he pensado que ya va siendo hora de ir realizando algun esfuerzo. Los domingos dan para reflexionar y hoy lo es. Así que empezaré por los LUNES, pues en breve (yá...) va a ser lunes. Es un pequeño deshomenaje que hago a estas 24 horas que forman el día difícil de la semana: Lunes.

UN LUNES CUALQUIERA...

No hay más narices que ir a abrir el chiringuito. Nunca hemos cerrado y hoy no será la excepción, aunque ganas no faltan. Así que subes media persiana para preparar el local, y el olor característico de humo a medio evadirse, te envuelve el olfato. El olor a humo no falla, cada día está y estará presente por los siglos de los siglos, así que no lo repetiré. Hasta el día que se prohiba por ley, en este bar se deja fumar. La basura llena colillas y un montón de bolsas de patatas vacías que se venden el domingo, está preparada para tirarla a containers.

Así que abres la puerta y inicias sesión con la música del día, no hay más narices que mirar a través de los cristales para ver si hoy lunes pasa mucha gente por la calle. Según el volumen de personas que pasen por la acera, habrá más o menos trabajo. Tras un sorbo de Cocacola, directo de botella (qué buena está la jodía...!) respiras y vas hacia la máquina de juegos, echas moneda y te dispones a jugar un rato, mientras no entra nadie. Futbolín y billar preparados, dardos encendidos, todo el "armamento" está a punto. Sólo faltan los que maniobran, ¡ a ver cómo va hoy !.

Los lunes son de habloteo. Por lo general, más chicas que chicos, más Cocacolas que cervezas, más coctails que cubatas. Más estar tranquilo en la mesa que no jugar a futbolín... Se explican las aventuras del fin de semana o se planean las salidas de jueves o el cumpleaños del amigo de turno. En épocas que no hay exámenes, la edad baja y cuando los hay, el público que acude al bar es de más edad. En este caso, ya vale la pena, puesto que no se meten en lios, y tienen el bolsillo más cargado: posibilidades de gasto mayores. Ehem, ehem....

A medida que llega la hora de cenar desaparecen los amigos y llegan las parejas que hacen tiempo para ir a casa. Se toman una consumición y ciao, ciao, hasta otra. Pero tambien hay los que se reunen los días entre semana para no estar en casa, son de cerveza y partida al futbolín, de risas alborotadas y partida a los dardos. Una cerveza más y ¡mañana nos vemos! Las palomitas y los kikos que se ponen en el bar, hacen que el personal no tenga prisa excesiva para ir a cenar, engañan al estómago... o quizás éste se deje engañar...

La gente se sienta en las sillas de las mesas (no se sienta en las mesas! broma fácil..) y los conocidos que se quedan en la barra, son apreciadísimos porque nos dan tema para comentar y nos distraen. El lunes tienes que haber leído todos los deportes del fin de semana, para cuando aquél plasta te suelte el típico ¿has visto....?. Los lunes es el día deportivo por excelencia, y el fútbol, el basket, las motos y la F1, son los que almacenan más opiniones. Aparece aquel que toma una cerveza en la punta de la barra, compra su tabaco y se larga sin ni siquiera articular palabra, aparece el que toma una copa de cava y a caraperro devora su bol de palomitas, aparece la chica que busca unas amigas que se han ido hace tres minutos... los de siempre.

Entre 23.00h-24.00h llegan los que cierran negocios, aquellos que te dan lecciones acerca de cómo llevar mejor el bar y qué música debes poner. Los lunes no són días de ligoteo, aunque no se descarta nada, mejor tener el anzuelo preparado. Hay quien llega después de cenar a hacer la última, o quien baja el perro "a pasear" y aprovecha para hacer un cubata. Las ganas de hablar, que se confunden con las de no llegar a casa, estan aseguradas. Se alarga el bebercio y se critican las imágenes que salen por televisión.

Hacia la 1.00h llegan los viciosos, que van directos a la mesa de billar con whisky en mano. Preguntan qué hay abierto un lunes y acaban la copa rápido, que siempre hay un amigo que, gracias a Dios, tiene el mal de San Vito. Si no se van rápido y tiene la cara relajada, tranquila, es que vienen de lugares donde las señoras esperan y fuman y está claro que no van a tener prisa por marcharse, así que optamos por no servirles a más de la 1.45h. Cerramos a las 2.00h y no queremos estar un minuto más.



Los que estan en una mesa llegando a la quinta consumición, después de 4 horas hablando, se enfadan al pagar, no tenían pensado estar hasta tan tarde, ni zamparse cinco cervezas. Por cierto, que en el lavabo de hombres, hay cola. La cerveza no tiene compasión de nadie, al igual que nadie le tiene ningún miramiento a ella... Cada uno lo suyo...

Vas mirando el reloj, a menos cuarto recoges y vas avisando al personal, que sus casa estan esperándoles. Entra el típico aficionado a la Voll Damm, que desea una de bien fresquita para tranquilizar el humor después de haber cerrado el Restaurant y recogido el lugar. Libro en mano para hacer tiempo en el autobús hasta casa, comenta que el día ha estado flojo, es lunes!. Se saluda con la pareja de cada día que aún son jovenes para vivir juntos, pero son mayores para despedirse hasta mañana, a las 8 de la tarde de hoy.

No aparece nadie tirandonos los trastos, es lunes y tenemos nuestro público cansado. Lástima, pero... ¡no pasa nada, les daremos tregua. Sólo ha venido Raul, para vendernos uno números de los ciegos y hemos estado bromeando sobre lo mal que sirven en el bareto de al lado, dónde vá el que trabaja con su vecino... Las cervezas sin alcohol y los zumos hoy vuelan, apunto cantidades para reponer bebidas cuando hayan marchado todos.

El de la discoteca viene como siempre a última hora, a tomar un chupito, y reclutarnos para ambientarle el local, ir a hacer unas flechas y ganarle a la diana. Así las horas le pasaran más entretenidas. Esas horas que nosotros hemos invertido en tranquilizar al personal después del primer día de la semana de trabajo, un lunes.

Preventistas y comerciales no aparecen los lunes, sólo el del hielo que recarga los congeladores después de un debastador fin de semana, con marcha y gente a tope. Nos comenta la tónica general y cuando le han pitado los coches que ha bloqueado con el camión, ha salido con el cohete en el culo. Pero quien sí pasa, es el que nos trae las botellas de alcohol. Bajo una precisión innata para apuntar el número de artículos y las marcas, mañana se equivocará en alguno y tendremos cambios que realizar la próxima semana. Y vuelta a empezar.

Los lunes son más (¿o menos?) que esto, pero no sé si soy capaz de transmitir. Seguro que me dejo detalles, pero si sigo con la miniserie intentaré incluirlos dulcemente, no a golpes de martillo. Se hace caja (como yo ahora mismo), se repone, se barre, se limpia y desfilamos. Cerramos luces y bajamos la puerta metálica, que ahora decidimos si seguimos con el día o nos vamos a la cuna.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

És genial, a les l3,50 acabo de passar una nit explèndida, per art de màgia has aconsegit adduir-me a la nit, a l´ambient postlaboral, al parlar per parlar, a la familiaritat dels dilluns al bar.

Si us plau, segueix, espero la propera entrega!!!!!!!!

Felicitats.

Laiern dijo...

Ok, fet. En realitat estava esperant que TU m'ho diguessis. Et vaig demanar la teva opinió, perque en tu confio.
Si, si, si... seguiré... em ve molt de guts, confesso.
Iuuuuuuuuuuuuupi!!! Voypallá!!!!

La propera entrega: JA!

Va per tu, i no en Winchinfú!