jueves, marzo 27, 2008

En silencio...

Desde las ocho de la mañana no he cruzado más de 6 palabras seguidas. El mundo mudo, sin poder decir palabra es calmado y te deja usar con mayor efectividad el resto de los sentidos. Se agudiza el oído ( a ver si pillas algo que entiendas), la vista (pareces un voyeur en paro), el tacto (te distraes con el menor pedacito de papel que cae en tus manos), el olfato (sobretodo cuando la gente se dedica a comprar perfumes en el duty free).

Inglés entrecortado para pedir un cofee a la azafata, y castellano para los españoles; y sobretodo expresividad a tope en la cara, por si alguien tiene dudas, que sepa que sí quiero water. Y lo demás me lo imagino, hablo conmigo misma y acostumbro a darme la razón, será que ya me conozco mis argumentos.

Coger el ordenador, escribir y subir el post es un alivio, como también lo será ponerme los capítulos de la nueva temporada de Nip-Tuck que V., muy amablemente y de stranquis, me consiguió. Sólo decir que la primavera se nota en estas tierras rusas, áridas, pues la puesta de sol es más magnífica de lo que recordaba, ni que sea desde el coche parados en las larguisimas colas que hay que pasar para llegar a Moscú ciudad.

Aquí cualquier alcalde de ciudad española y su inevitable amigo constructor de puente y caminos, se pondrían las botas; no hay demasiadas rotondas!! Cierto es que deberían de hacerlas inmensas, pues las carreteras son de cuatro y cinco carriles, pero que bicoca, no? Es impresionante ver el tipo de coches que circulan, no tienen término medio. Hay espectaculares 4x4 y cochazos de alta gama y también cochecillos del montón, sucios aún del liquido descongelante que en pleno invierno tiran en las carreteras. Los conductores siempre hablan por teléfono cuando están en marcha (aquí el alcalde Hereu i los Mossos babearían pensando en cómo las arcas del país subirían como la espuma) y los camiones del ejército son tristes, muy tristes, como las caras de los que van dentro.

Estoy en el hotel mazacote, en una habitación presidida por una foto del Pope de turno, encargado de encaminar la fe del país. La Biblia en ruso son dos listines telefónicos en uno y da tanto respeto que no he tenido más remedio que dejarla, con todo el cariño del mundo, dentro de un cajón para que no se resfríe. Tele con canal satélite y minibar vacío, teléfono Panasonic y dos sillones de eskai… ¿Qué más puedo pedir? Es una minisuite de-a-uno con camastro ancho, a precio inflado como todo en esta vastorra y querida Moscú.

Y después de escribir, hablar a los míos, lo dejo por hoy. Mañana más, pues el tiempo aquí parece que va más lento, será porque ¡se me han comido dos horas en el viaje! o será porque tengo menos obligaciones aquí que allí…. Lo pensaré y lo reflexionaré. Desde ahora estoy en ello, como siempre desde las 8 de la mañana, en silencio.

NOTA: No me he desesperado con tanta calma, no ha sido horrible. La raza humana tiene capacidad de adaptación si nos lo proponemos, si no queremos ser impertinentes, y somos pacientes y respetuosos. Escuchar el sonido del silencio cuando a tu alrededor no paran de hacer ruido, es una prueba de “querer es poder”. Y yo quiero (incluso pasando despercibida...).

1 comentario:

Anónimo dijo...

et veig molt preparada per la vida zen, tornaràs canviada?????