miércoles, enero 30, 2008

Comerse el mundo 7

El buscar entre las mieles, está hecho para expertos. El saber el lugar idóneo donde buscar, está hecho para intuitivos; el saber elegir el momento está hecho para estrategas y saber hacerlo es para los altamente capacitados. No hay excusa, no hay excepciones, cada uno en su lugar, y mejor que sepamos dónde estamos. Sin sobrevaloraciones

El encontrar después de un naufrágio, puede ser llevado a cabo por cualquier alma con voluntad y moral. Parece más bien, un aunto de tiempo y ganas. Sin más.

Las mieles se nutren de guardianes que alejan moscones desaprensivos, se esconden en los miles de colores del arco iris, y su frgancia y tacto varia conforme el día va avanzando. Se organizan innumerables batidas para conseguir el preciado botin, pero no hay camino válido para llegar a la meta. Se distorsionan caminos, se mezclan pistas, se emborronan los aromas... En realidad no conozco nadie, ni sé de nadie que las haya alcanzado.
Los restos de un naufragio aparecen dispersos, rebozados de polvo, con colores grisáceos y ambiente húmedo y frio. Una brisa penetrante y montones de escombro inservibles, sólo restos de lo que un dia fueron y/o que nunca llegaron a ser. Manadas de aves carroñeras acechan el botin y silvan sonidos tenebrosos, asustadizos, que parecen multiplicarse con el eco...

Pero cada uno de los habitantes de mi planeta pertenecen a una especie, y nunca lo que necesita uno es objetivo del otro, así que cada uno se dispersa siguiendo su camino. Hay miiiiles de restos de naufragio, y hay muchas mieles aunque no llegan a ni una cuarta parte del material de desguace. Y cada uno voluntariamente se decide por lo que se decide, sin que haya razón alguna para darle el alto o extrañarse por lo que desea.

Lo que ellos no saben, es que cuando uno renuncia a su sueño (la miel) lo que provoca es un monton de esfuerzos inservibles que forman ya, un naufragio más, para engrosar el mundo. Un mundo que dada la tecnología existente es cada vez más rápido, más acelerado, más eficiente a la hora de desmoronar tu gran sueño y más hábil a la hora de engañarte con otro. Pues bien sabemos que intentamos tapar fracasos con elementos materiales que pronto rechazaremos... Y así vamos pasando los años, la vida...

Y como dice el anuncio, la vida es aquello que pasa mientras realizas planes. Que no se nos escape la vida como arena entre los dedos de las manos. Que sepamos sacarle todo lo que nos presenta. Que aprovechemos, que tenemos ganas de hacer lo que creamos oportuno. ¡Nos seguimos comiendo el mundo, aunque éste se haga el resbaladizo.! Un dia es un dia, que demonios!!!!

2 comentarios:

Alberto dijo...

Hola, enhorabuena por gustarte Eduardo Mendoza y hacer puzzles.
Yo soy ciego total. Procuro seguir tu consejo de vivir la vida y hacer cosas pese a mis limitaciones. A veces uno se cansa pero merece la pena la satisfacción de saber que estás dejando huellas.
Visita mi blog para conocer más de mí:
http://tiflohomero.blogspot.com

Laiern dijo...

Gracias Alberto,
Admirada por tu fuerza de voluntad
me pasaré por tu blog seguro.
No te canses nunca, si siembras, recogerás. No lo dudes nunca.
Creo firmemente que para continuar en la vida con entereza, a veces tenemos que hundirnos hasta las profundidades de la deseperación para luego resurgir, como el ave Fénix.
Somos humanos y no superhéroes.
Hasta luego!