domingo, febrero 03, 2008

Mafalda, insuperable.

Soy una fan incondicional de los libritos alargados de las
tiras cómicas (por llamarle vulgarmente) de Mafalda y toda su troupe. Grande, inmensa, acertada, Mafalda inocentemente, mete el dedo en la llaga siempre, con cualquier comentario o gesto que haga de cualquieran de los temas del mundo mundial.


Mi hermana los tenía en su poder y yo estuve leyendolos durante varios años. me daba igual releer miles de veces las tiras. Los primeros, creo estar segura, que no los entendía. De hecho me gusta mucho leer y me agenciaba (como ahora) con cualquier libro que encontrara. Creía (eso supongo) que eran de risa y me los leía... reía (o no) y siempre estaban en la habitación que compartíamos, al alcance de cualquiera de las dos. A veces, recuerdo me decía que le dejara el que yo tenía, y a cambio me dejaba otro. Y sin problemas, cambiábamos.

Esos libritos me han acompañado muchos años, porque desde hace 10 años, me busqué la colección entera nueva (alargados y uno por uno, también) y me los compré. Aún estan pululando por casa muy a menudo, y muy a menudo los re-re-re-re-re-leo. Y me siguen sorprendiendo por lo punzantes que son, por lo que cada personaje clava su punto de vista en cada uno de sus temas preferidos. Susanita, Miguelito, Felipe, Libertad, Manolito, Guille, Mafalfa.... espectaculares.

Y que con los pensamientos de Mafalda?? Ufff.... en el blanco...

Unos temas de los que me reía mucho y que no entendía, era la vejez y la política. Des de hace mucho (demasiado) los he pillado y es desanimante, tienen toda la razón del mundo. Podría haber pasado que no se dieran todas las características que Quino, de estos temas, presentaba. Pero si, sin lugar a dudas se han repetido año tras año, hasta la saciedad...

Compañeros inseparables, cada uno de los libritos, han ido conmigo a la escuela (dentro de la "cartera", que no mochila), han ido a la playa, han ido de fin de semana, han ido a reuniones de amigos, han estado en la nieve.... pero al lugar que más me han acompañado ha sido al lavabo. Sí, lo confieso. Cuando las necesidades se convierten en mayores, siempre he tenido un libro a mano. Aunque también diré, que no ha sido por la dificultad en llevar a cabo el desahogo, sinó po el miedo a que pudiera ser así... Y siempre salía (y salgo) con la magnifica taza clavada en mis muslos. Ya que estaba ( y estoy) tranquilamente encerrada en un cuarto con buena luz, me enganchaba a la lectura y a veces, no me levantaba hasta que el librito estuviera acabado... con el consecuente hormigueo en las piernas...

No me voy a poner a explicar, comentar, incidir, migar, estudiar, investigar en prefundidad ninguna de las tiras de Quino, sólo decir que miles de veces la tengo presente, y no cuando reflexiono o intercambio opiniones con amigos de algunas cosas, no. Hago incisiones en el mundo de Mafalda cuando estoy sola y establezco semejanzas entre opiniones y comentarios y situaciones del día a día y lo que diría Mafalda de ellos, con su particular sabiduria e irónica inocencia.

En la pared de la habitación de mi hermana y yo estaban nuestros míticos porsters, de Mafalda, Susanita y Felipe. En uno, Felipe sentado desanimado, cabeza gacha, se lamentaba: "Hasta mis debilidades son más fuertes que yo".

En el otro estaban Mafalda y Susanita disfrazadas de señoronas té en mano, alrededor de una mesa. Mafalda soltaba tranquilamente: "¡Por suerte el mundo queda tan, tan lejos!" Y no, tengo claro que no. El mundo está encima nuestro, acechándonos, esperándo algun fallo o demasiada alegría para poner los punto sobre las íes. El mundo no para, no cede, no hace justícia, actua sin prolegómenos y por el bien del mundo los altos manadatarios se entestan a llevar políticas que por más que me esfurce, no logro entender y menos comprender. Pero este es otro tema del que no quiero hablar... me enfado demasiado facilmente. Y hoy no quiero, tengo otras cosas en la cabeza, como por ejemplo, gracias por haber podido disfrutar de la compañía inestimable de Mafalda, una heroína que se debió quedar patidifusa y sin habla un día, de cómo funciona el mundo entero, sin concesiones, ni excepciones.

Y cómo un día dijo, hoy especialmente, "que paren el mundo, que me bajo".








1 comentario:

Anónimo dijo...
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