Es sábado. El ruido de la calle provocado por la circulación sube mas tranquilo, más fatigado, menos corrosivo, mucho más soportable. Hoy el ruido se traslada a los centros comerciales, a los mercados, a las tiendas de alimentación, a los abastecedores de productos básicos para toda la semana. Hoy es día de compra, de lo que sea. Los que necesitan cargar mucho cogen los coches y se van a grandes superficies con toda la parentela y hasta mediodía, como poco, no quedan satisfechos. Los que tienen algo de tiempo durante la semana, van a comprar lo más pesado de comprar, y dejan la casa con todo lo necesario y ya irán comprando según lo que vayan a utilizar en las comidas o cenas diarias.Y ya está. Porque el resto se larga a pasar el día o va a ver no sé quien en algún lugar de la geografía catalana. Salir a comer se hace el domingo. Cosa que no me gusta nada. Los domingos se han hecho para descansar y tirarse en el sofá toda la tarde. Perrear y poco más, ir al fútbol, si la hora es decente, ir al basket, incondicionalmente, y hacer un parchís, unas cartas o un monopoly si hay contrincantes merecedores. Por cierto, ví en las noticias que ahora, en una nueva edición del juego se hará con ciudades del mundo, y que se ha dejado abierta la lista esperando el voto de todos los ciudadanos del mundo que quieran participar. Madrid y Barcelona está entre las elegidas (o no, depende de las votaciones) para formar parte del tablero de juego. Para votar se va a www.monopoly.com y se elige. Yo lo he probado y no hay forma de conectar, pero seguiré en el empeño pues me haría gracia que
incluyeran Barcelona. También habrá dos puestos reservas (como la quiniela) que completan al listado; éstos pueden ser de libre elección y no han de estar en la lista que los promotores del juego han pensado. Así que, Monistrol de Montserrat o Vitoria pueden ser los incluidos a gusto del votante.Los sábados son alegres, con tiendas abiertas y ganas de hacer lo que no haces entre semana. Los periódicos entran en las casas de los que durante la semana no tienen tiempo y el cine aumenta sus colas. En esta época,
las rebajas se llevan el mayor gentío y nos quejamos por las colas que hacemos, pero no renunciamos a las ofertas. Se come tarde y se va a dormir tarde, disfrutamos del último minuto como si nos fuera la vida, y si hacemos la siesta nos da la sensación que perdemos el tiempo… Somos incorregibles los humanos, encantadores (algunos) pero incorregibles. Sinó nos quejaramos, nos quitarían media vida…Y yo aquí viendo el tiempo pasar… Dense ustedes por saludados!!!
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