lunes, enero 28, 2008

Reacciones a situaciones 5

El animal sube ágilmente al árbol y se esconde entre el ramaje. Temblando de miedo y con sudor fría se intenta calmar quedándose inmóvil, casi inerte, con una respiración cada vez más lenta y más silenciosa. Tengo que ocultarme y que no me encuentre pues sino, me va a despellejar –piensa, aturdido.

La maleza, arrogante brilla cada vez que crece. Milímetro a milímetro va haciéndose más hermosa dentro de su fealdad. La ignorancia la hace ser valiente, la hace perseverar en su plan de vida, y no le importa lo que harán con ella, ni las duras condiciones en las que deberá sobrevivir. Sabe que será ganadora, seguro.

El hombre se queda parado, piensa torpemente, se ofusca, decide, cambia de idea. Empieza el movimiento para saltar o correr, para gritar o esperar que venga y negociar, para esconderse o atacar, con el puño o con ofensas verbales… no sabe qué hacer ni sabe lo que quiere.

Porque siempre hay salidas a situaciones desesperantes, lo que no es seguro es que sean las mejores opciones que tenemos. Lo haremos con la cabeza o el corazón, pero gracias a ese sentido del ridículo o esa prepotencia siempre nos quedamos a medias. Quizás el asumir responsabilidades se haga más complicado de lo que es, pero como pensar-pensar no lo hacemos a lo largo del día más que dos o tres veces, nunca estamos preparados en caso de apuro.

Loa animales, con su sentido práctico del asunto, hacen lo imposible para ser supervivientes. Los humanos, como nos creemos los más mejores siempre queremos más y a veces, querer menos es obtener más. Refranes como “una retirada a tiempo es una victoria” o “de cobardes el mundo está lleno”, nos hacen desvariar en las opiniones que nos formamos. Ya sé, cada uno es como es, pero qué bien si tuviéramos preparadas las reacciones para todas las situaciones que queramos salvar o situaciones que nos van a abordar.

Aunque en momentos de apuro, nunca nos damos por vencidos. Cuanto menos tiempo de reacción tenemos, más eficientes y eficaces nos volvemos. Será que la urgencia nos marca el camino a seguir y parece que seguimos unas órdenes preestablecidas, sin minuto alguno para pensar y/o decidir. Lo que venga, vendrá y ya me arreglaré con lo que salga.

No sé porque se me ha ocurrido escribir esto hoy… Ah, si! Es que he leído en un libro, bastante mediocre por cierto, una frase que me ha gustado. Más vieja que el ir a pie, pero que no recordaba: “No hay suicidios en tiempos de guerra”. Y es verdad, demasiado apurados estamos, como para rumiar cómo llevamos a cabo una hazaña personal que nos descolocará de por vida.

A verlas venir…

2 comentarios:

El veí de dalt dijo...

Laiern,
gràcies pel comentari al meu blog. Si t'interesa això de les Històries Veïnals, estigues atenta que la setmana que ve convocaré la tercera tongada per apuntar-s'hi. Salut i blogs!

Anónimo dijo...

Vei de dalt,
Ha estat boníssim entrar al enllaç de Marinetix i trobar aquest blogg. Gràcies per les teves estones de "feina" El resultat és excel.lent.
Endavant i ànims!