martes, julio 31, 2007

Mezcla de ingredientes

Ahora es tiempo de vacaciones, de hablar de futuro (sí, vale.. futuro inmediato), de planes trazados, de ideas en cocción. O también es tiempo de hablar en pasado, porque algunos ya han hecho el zíngaro. Ya han acabado con el repertorio de modelitos de veraneo, de tumbonas, de chirucas , de libros, de carretes de fotos (ostras! que barbaridad.... que arcaico suena!.. carretes...), de aviones, de enlaces en aeropuertos, de comidas extravagantes o mini bocaditos para ir tirando. Los fortasec y las cocacolas han sido el "sálvese quien pueda" de muchos, y éstos, ya están aquí. Mmm.... Qué lástima, qué penita....

Pero no pienso hablar de vacaciones, ni de las mías, ni de las de otros. Sólo pienso hablar de ellas cuando alguien comience explicándome algun relato, con chiribitas en los ojos y una sonrisa inacabable en los labios. Las manos pendientes de esccenificar los momentos y nerviosismo por doquier. Si no, no quiero oir relatos de más de 3 minutos ( y creo que soy generosa).

Dejando de lado el tema. Quisiera comentar los grandes momentos de lucidez (y buenas ideas) que llegamos a tener y que no valoramos y que no realizamos, no emprendemos, quizás por falta de confianza, quizás por falta de camino a seguir. Encontraba yo, en la palabra emprendedor, un significado un poco de naturaleza gilipollense, pero me he dado cuenta de cúan importante es este espíritu. Cáunta diferencia hay entre ser y no-ser emprendedor. Admiro a quien lo tiene, a quien es capaz de reunir la suficiente fuerza para conseguir lo que se propone. Sea cual sea el origen, y el fin de su "creada" nueva idea. Pues, para empezar el camino del reto, se necesita una necesidad propia, un deseo. Luego diseñar una forma de poner hilo a la aguja de esa idea, y tras visionar cómo hacerlo, se necesitan muchas ganas de llegar al objetivo (sin importar el tiempo que se tarde en llegar, pero dentro de un medio plazo)

Sé de personas que han conseguido llegar dónde estan por empeño, abriéndose camino en una espesa selva de atajos fáciles, que han ido renunciando para hacer historia. Una pequeña y particular historia, pero con ganas de llegar muy lejos. Supongo que cuando uno empieza a caminar y aunque sean arenas movedizas, lo logra, cada vez se siente más fuerte y quiere más. Quiere llegar más lejos y a más gente para poder, quizás, ayudarles a tomar ese mismo camino. Aunque para ello tendríamos estar dispuestos, claro está.

Las experiencias del pasado, las vivencias, las reacciones, nuestras "otras" vidas ayudan (de otra forma, lo llamados "pinitos"), además de para estar más curtidos, para saber cómo hacer nuestros sueños (llamémosles así) realidad. Y no sólo me refiero a vacaciones, no. Me refiero a nuevos retos profesionales, sociales, personales, deportivos... Por cierto, la mezcla de deporte y trabajo me tiene encandilada. Lo que se puede hacer profesionalmente, teniendo mentalidad deportiva-competitiva me tiene sorprendida. Y lo que el entreno (capacidad de sufrimiento) puede llegar a dar de si, es fascinante.

Hace poco un amigo ha montado un Campus de Traders (al más puro estilo de Campus de Bàsket). Allí se han dado clases técnicas, teóricas, prácticas, se han jugado partidos y se han hecho competiciones. Eso sí, con ordenadores conectados a la red y a los mercados reales de futuros, en este caso americanos*. Nunca una profesión más solitaria que la del trader (según la tradición) ha sido tan "deporte de grupo". He escuchado sus comentarios con los ojos muy abiertos. Creo que la experiencia de los practicantes ha sido única. Las sensaciones que tuvieron, van más allá de la especulación en mercados... éstas llegaran con el aprendizaje rutinario... como el ir en bicicleta.

Imagino, que hay otros montajes que mezclan estos dos aspectos, pero éste me ha hecho ir siguiendolo con alto grado de curiosidad. Creo que al final los resultados han sido mejores que los que se logran en un curso normal de tres días. Las informaciones entre alumnos han sido muy valuosas y el miedo se ha dejado en las pistas de tenis, la piscina o el campo de futbol adyacente al Hotel dónde se realizaba el campus. Todos salieron muy satisfechos y los prefesores acabaron agotados, pero con aquella cara de felicidad característica.... Qué envidia creer en ti, y poder poner en práctica tus habilidades o tus proyectos. Felicitaciones a quién lo hace (y hasta quién lo escribe...¿¿??...).

Pero no os atabalo más, si alguien conoce ejemplos cómo éste a la hora de combinar deporte-profesión... ya me los comentará, por favor. Aunque de momento, todas las mentes estarán ocupadas en las vacaciones, no? Me consuela pensar que septiembre también será un buen mes para hacerlas.... jejeje....

* Para saber más: inversion en futuros Mini SP 500.

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