sábado, abril 28, 2007

Un bidón de plástico

Influenciada por la lectura muy a menudo por el blog Aquelles petites coses y dada la lectura en estos momentos de Ebano de Ryzard Kapuscinski, me dispongo a trascribiros un párrafo o dos de éste fenomenal libro que me evoca una vida tan lejana y tan cercana a la vez. Me doy de bruces cuando el primer mundo defiende a todas luces nuestra “efectiva”, “deseada”, “mejor” civilización. Yo cuestiono.

Allá vá…No sé, si será muy largo…
“(…) Cuando todo el mundo duerme todavía, los chicos pequeños se levantan de un salto en medio de la oscuridad y corren hacia las fuentes, los estanques y los ríos en busca de agua. La tecnología moderna ha resultado ser un aliado de estos críos pues les ha regalado el bidón, plástico, ligero, barato. Hace una veintena de años, dicho bidón revolucionó la vida africana. En el trópico es la condición de supervivencia. Puesto que la canalización no es muy corriente por aquí, el agua no abunda en ninguna parte, a menudo hay que transportarla a grandes distancias, a veces a más de quince quilómetros. Durante siglos enteros habían servido para éste fin pesadas vasijas de piedra o barro. La cultura africana no conoce el transporte rodado, la gente lo lleva todo ella misma, preferentemente sobre la cabeza. Las vasijas las cargaban las mujeres, de acuerdo con el tradicional reparto de trabajo en el hogar. Además un niño habría podido levantar una vasija cómo aquellas, y en este mundo pobre en una casa, casi nunca había más que un solo recipiente.
Y he aquí que apareció el bidón de plástico. ¡Un milagro! ¡Una revolución! En primer lugar es relativamente barato (aunque en algunas casa sea le último objeto de valor) cuesta unos dos dólares. Pero lo más importante es que ¡es ligero!. Cómo también lo es que se fabrique en varios tamaños, de modo que incluso un niño muy pequeño puede transportar unos litros de agua.
¡Todos los niños la acarrean! Ahora mismo vemos un tropel de alborotada chiquillería que, jugando y dándose empujones se dirigen a una fuente lejana en busca de agua. ¡Que enorme alivio para la mujer africana, agotada hasta el límite de sus fuerzas! ¡qué cambio tan enorme en su vida!¡ Cuanto tiempo ha ganado para ella misma y para la casa!
Pero eso no es todo. El bidón de plástico tiene un número de virtudes ilimitadas. Una de las más importantes radica en que sustituye a una persona en una cola. Había que hacerla ¡allí dónde el agua se trae en cisternas durante días enteros!. Estar en la intemperie bajo el sol del trópico es una tortura. Antes no se podía dejar la vasija e irse a la sombra porque la podían robar, y era demasiado cara. Ahora en cambio, en lugar de personas, se forman cola de bidones de plástico mientras sus dueños se refugian del sol y se van al mercado o a hacer alguna visita. Al viajar por África se ven muchas de esas kilométricas y multicolores filas de bidones esperando a que aparezca el agua.
(…) Basta detenernos por un momento en alguna aldea o pueblo o incluso, sencillamente, en medio del campo, parar que enseguida nos rodeen un nutrido grupo de niños, todos indescriptiblemente harapientos. Todos con unos inimaginables andrajos que hacen las veces de pantalones y de camisetas. Como única fortuna y como único alimento, una calabaza pequeña con un poco de agua. Todo pedazo de pan o de plátano desaparecerá engullido, en un abrir y cerrar de ojos. Entre estos niños, el hambre es algo habitual, una forma de vida, una segunda naturaleza. Y sin embargo, no es pan ni fruta lo que piden.
Piden un lápiz.
Un bolígrafo. Su precio: diez centavos. Si, pero ¿de dónde sacarlos?
Y a todos ellos les gustaría ir a la escuela, les gustaría estudiar. A veces incluso van a la escuela del poblado ¡un lugar al aire libre y a la sombra de un gran mango! Pero no pueden aprender a escribir, porque no tienen con qué hacerlo. No tienen lápiz.”
Espero no haya sido muy largo. He escogido estos párrafos porque su sencillez y su lógica me han aclaparado. No es “Ebano” un libro triste. Es una compilación de vivencias en África sucedidas sor el autor y vistas de una forma realista, sin juzgar, sólo opinando con buena base de conocimiento. Es vida, a años luz de la nuestra, pero con sus creencias y sus alegrías.
No la infravaloremos, y seamos justos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bueno el libro...leyendo el pasaje me ha hecho recordar el libro (que recomiendo).
Lo mejor es cuando un Africano le dice al autor:"Mira blanco... vosotros teneís los relojes,nosotros tenemos el tiempo."
!!!!Impagable!!!.....Un saludo desde La Paz...Miguel.

Laiern dijo...

Hola Miguel!
Me gustaría que me dieras datos de algun libro interesante. Sabes que confío en ti.
Por otro lado... ¿como lo haces para conseguir los raros libros que siempre lees? Podria ser esto una "aventura" para que nos cuentes en el blog. Un besazo,... i Nos vemos pronto, ¿no?