
A decir verdad, tenemos los discos en casa. Hemos puesto mil veces las canciones, y conocemos al dedillo la sal de las letras. Las tonadillas nos brotan en momentos inesperados y a veces, en el coche, te sale alguna media canción según la situación en la que estés, los comentarios de la radio que oigas o el paisaje por el que atravieses... hay para todo y para todos, en las canciones de La Trinca.
Hace treinta años de todo ello, y todos los motivos por los que escribieron las


Cuando La Trinca expresaba ideas, se esforzaba en hacerlo metafóricamente, a veces de forma descarada, a veces sutilmente. La censura, la persecución, agudizaba el ingenio. Ahora, con la mal llamada (y entendida) libertad de expresión y con el libertinaje que impera en sectores jóvenes, no hay ningún tipo de trabajo extra, para hablar de según que temas. Todo se puede decir en voz alta, y sin ningun tipo de reparo, porque, que me perdonen algunos, la ignorancia es muy atrevida, valiente. Y en este país, todo el mundo es capaz de opinar, de dar clases aún sin haber estudiado, sin conocer a fondo el tema, sin pasar por las clásicas fuentes de conocimiento -vitales, insalvables, necesarias para la formación del saber de cada uno-.
La Trinca, con sus tres componentes, me llevan a pensar en aquellas tertúlias que se organizaban entre los literatos, científicos, artistas, profesionales de oficio... del s.XX. Eran "gratuitas", espontáneas pero semana a semana, més a mes la lluvia de ideas acababa en refexiones, ideas, mejoras, objetivos a cumplir. No quisiera caer en comparaciones, pero las tertúlias de este tipo actuales, me parecen promovidas por los que mueven los títeres de la sociedad, de la economía, de la política territorial, nacional europea, mundial...
Creo también , en la existencia de multitud de cortinas de humo creadas a todos los niveles. Dan opio al pueblo para que se distraiga, se divierta y sobretodo no moleste. Para que les dejemos trabajar a su entera libertad... esa libertad que creemos que tenemos... que nos vanagloriamos de tener y que no es tal. En ocasiones en nombre de la seguridad.
Pero, volviendo a La Trinca, me da la impresión de que las cosas no han cambiado. Estamos igual que en los 70-80 pero con menos ilusión, menos pasión, menos chispa, con muchos mas palos en el cuerpo y muchas negativas en nuestro haber. Quizás hasta cansados y aburridos de caer en lo mismo otra vez. Y no queremos ver el futuro, sólo vivir -bien- el presente. Y no nos damos cuenta que si sólo miramos el suelo que pisamos, un día tropezaremos con nuestros propios pasos o erraremos la dirección que deberíamos tomar. Y rectificar, es muy dificil... como lo que ha pasado con el tema de cambio climático.
Salto de temas... aaaiiiiiiixxxxx.... Sólo quería decir, que me sé muchas canciones de La Trinca y que las intentaré usar y enseñar. Porque en ellas, hay vocabulario y expresiones de nuestros padres y abuelos muy acertadas... y estamos perdiendo esta riqueza léxica en pro de los sms. Y me da mucha rabia !!!!!
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