lunes, abril 16, 2007

Videos

Estoy mirando la televisión. Ohhh.... hay corte por la publicidad. Bueno, no pasa nada. No tengo ganas de hacer zapping y pierdo los ojos por el mueble donde reposa la caja tonta de la casa. Me gusta, el mueble me gusta, lo escojí con buen ojo. Es de madera gruesa, y ocupa un paño de pared. No es demasiado agobiante. Tiene estante para el vídeo y cajones para los mandos, las cintas, las pilas, los manuales de instrucción o lo que me apetezca guardar sin que se vea.

De sopetón, me apetece mirar que es lo que hay en el cajon de la derecha... me levanto y abro. Impresionante la cantidad de películas de vídeo que reposan aquí tranquilamente sin actividad ninguna. Coleccíones de mis queridos Hermanos Marx, o de Robert de Niro, o de los Monthy Pyton,... pelis en inglés que salían en el Speack Up, pelis que me gustaban de los Coen, o mi trilogía de El Padrino.... Ostras tu! y todas en formato vídeo...

Mecassundena...!!! Todas las cintas, sin excepción, se rien de mí, pues están aquí tranquilamente reposando, escondidas (acajonadas), viendo como yo no las uso, y ellas no se gastan. Estan bien aposentadas dejando el tiempo pasar, en su moemento las salvé del aburrimiento en la tienda y ahora, socarrona y maliciosamente se mofan de mí. En el estante del reproductor de películas, no hay un vídeo VHS, hay un extraplano aparetejo comprado por 50 euros que deja ver todo tipo de dvs, ya sea cutre o trascendental, ya sea tras pago a la Sgae, o directamente de las ondas de internet.

Tendré que agenciarme un vídeo VHS (menos mal que no tengo cintas Betamax) sinó las risas de las cintas serían con lloros incorporados... no quiero ni pensarlo... O quizás no. Quizás no quiera conseguir ningun aparato.

He leído hace muy poco en un libro que para renovar energías propias y cargar pilas, debemos de desprendernos de aquellos objetos que no pintan nada en nuestras vidas, que lo único que hacen es ocupar un espacio real en nuestras casas y acumular polvo.

La autora del libro apunta que estas cosas inútiles que nos empeñamos en dejar en esa estanteria, o en ese armario lo único que hacen es entorpecer la libre circulación de las buenas vibraciones y la energía positiva de nuestro hogar. Que la absorben y nos evitan nuestro propio bienestar. Así, nos anima a que, como el mal ya está hecho (en su momento ya perdimos el tiempo y el dinero, comprando semejante futilidad) ahora debemos ser fuertes y sacárnoslo de delante. Engrosar el trastero (paso previo a la final deportación al vertedero) o tras una breve-brevísima despedida, archivar el trasto a la basura. Gracias a esta valiente acción, no se nos partirá el corazón cada vez que veamos esa chorrada comprada que no nos ha hecho su avío como esperábamos, o que ya lo hizo en su momento y ahora reposa criando polillas.

Repasaba todo esos conocimientos aprendidos con la lectura del libro, y he cerrado el cajón vidiotequero. He ido volando a mi armario y rápido-sin dolor he abierto puertas y cajones, he arrambado con cuatro camisetas, dos jerseys y dos pantalones que estaban viejitos y "demodés", y han ido directamente a la bolsa de deshaucios. No he llorado, he respirado hondo y he pasado página. Qué fuerza de voluntad. Qué bien me siento!

Ahora sólo espero tener este tipo de ramalazos más a menudo y, que poco a poco, mi casa quede como las Ramblas, pero energéticamente hablando. ¡Que puedan circular libremente todo tipo de energía positiva, y buenas vibraciones!, que sean las máximas y que me repercutan en mi estado de ánimo, de salud, de felicidad sobretodo... Que por mi no quede. Y pronto tendré más espacio y menos trastos a los que quitar el polvo, ha!

Lo del vídeo VHS, está en estudio, en stand by. Si quiero alguna peli, la puedo bajar del mundo cibernético y a coste 0, están a mi disposición 24 horas al día, todos los días del año.. Y ahorro espacio. Mmmmm...

Ah! También leí, que enseguida se tienen que sacar las flores marchitas de la casa. Inducen al mal rollo, ya que quieren sobrevivir a toda costa y arrebatan con la energía existente en la estancia. Ya sabéis. Por cierto, el libro se llama "El arte de simplificar la vida". Y aunque en ocasiones, lo hubiera tirado por la ventana, me ha gustado y me lo estoy intentando aplicar. Sí.

3 comentarios:

Salva Piqueras dijo...

I les cintes de cassette?? Tot un calaix ple i ara te'n vas a l'emule i baixes en una tarda tota la discografia... i pensar que els meus fills em preguntaran que és allò quan se'n trobin una.... ens fem grans... o és el temps que corre massa?
(si passes pel blog, tinc una sorpresa musical per a tu!!)

Anónimo dijo...

Hola, conocia los paños de cocina, los paños de limpiar, los paños calientes, los paños menores......
pero no los paños de pared. Interesante..... muy interesante.
Seguiria escribiendo pero me han entrado unas ganas terribles de hacer diana con unas inutilidades arrinconadas en casa.

Laiern dijo...

Tens raó Salva, però no pensem en coses inútils que fariem una llista inmensa... Que te'n sembla l'spectrum i l'atari ???
He passatpel teu blog (com casi sempre) i he escoltat la teva sorpresa, moltíssimes gràcies, ara espero que en posis alguna d'aquell altre mestre del Rock... em sembla que pots saber per on vaig... Però malgrat tot passejaré pel "Petites coses".
Salut!
Ei anònim !!!
D'acord, no és "paño de pared..." però si vols que et digui la veritat, ara mateix no sé ni com es diu... Jejjejejeje.... I un consell: Tira tot allò inútil!
Nyec!