lunes, abril 23, 2007

Llamarse Jordi por Sant Jordi...aggghhh....


¡Cáspita! Hablaba yo hoy, el día de Sant Jordi con un Jordi, para felicitarle por su santo y me decía estaba un poco cansado del mobil. Llevaba todo el día enganchado a éste, y por la tarde, se ha quedado sin batería. Lo cierto, es que yo le he pillado -por fín- a más de las 21.00h, cuando ya estaba a punto de hincar el diente a la cena.

Está asombrado de la importancia (una año más) de llamarse Jordi y de la repercusión que eso le da a la hora de que saludados, conocidos y amistades le llamen para felicitarle. La celebración de Sant Jordi, con leyendas, libros y rosas, de las más celebradas y carismáticas de Catalunya -reconozco- hace que quién se llame así esté ocupado todo el día, con oreja colorada y oido atento. Hasta quizás harto, de tanto repetir la misma tanda de vaguedades... no sé.

Menos mal que ahora, también existe el emeil que hace que la batería del mobil aguante un poco más, aunque si llevas una blackberry... ni eso... Estás atrapado. Y también, gracias a Dios, existen los que tienen poca memoria, los que tres semanas después se descuelgan y llaman felicitando por atrasado... y existen los que te fallan, los que creías que eran, pero han resultado no ser... Oooohhh... que ilusos somos!

Qué importancia tiene llamarse Jordi que no tenga llamarse Eduardo, o Felipe o Luís o Policarpio o Lorenzo? ¿Es que la leyenda que el caballero Jordi mata el dragón y salva a la princesa, es más importante que la del santo, que después de tostarse por un lado en las brasas, pidió que le giraran para empezar a asarse del otro? No creo... Lo que pasa, es que cómo el mundo comercial está al quite del mercado dispuesto a la compra -libro, rosa, regalito-, le da mucho bombo y platillo, y recordamos a uestros Jordis particulares.

Personalmente, me gusta buscar excusas para llamar o organizar una cena o salir de celebración, así que esperar el día que toca (no dos días antes, ni una semana después) para charlar un rato, no me parece mala idea. Aprovecho el día del santo y la felicitación, para preguntar qué tal va todo, y cómo va la vida. Qué le voy a hacer...

Si sumamos a los amigos, los que quieren quedar bien, los que están obligados y los plastas, el resultado es que el felicitado no tiene tiempo de respirar. Pero, ¡que quieres que te diga! sarna con gusto no pica.. y por un día... ¡no te vas a quejar! vamos, digo yo!!!

Los Jordis están cubiertos, pero y ¿los que no nos llamamos Jordi? ¿Y los que celebran el santo el 7 de marzo, el 16 de junio o el 29 de septiembre? ¿a que de ésos nos olvidamos? Pues bien, desde aquí reivindico que todos los típicos calendarios que se reparten por Navidad lleven incorporado el Santoral del día, inapelablemente, para que podamos felicitar a todo el mundo, sin discriminación por nombre distinto, bonito, feo, largo, corto, asonante, con dos vocales, sin vocales, con letra l, o con diminutivo...

A ver si empezamos a agudizar la memoria y repartimos los buenos deseos por doquier, que todos tenemos derecho, carambas! Pero por favor, pido a los de nombres compuesto (JosesLuises, RicardosManueles, JosesFelipes, LuisesMigueles, JorgesJuanes....) y a los de nombres directamente importados de otros continentes, nos hagan saber por qué nombre y por qué día se deciden. Para no caer en confusiones. Somos muchos y todos decidimos por lo que más nos conviene, o nos gusta... y si ya empezamos con mal pie, sin información... mal acabaremos, o qué pocas felicitaciones recibirán !!

Retomando mi llamada del inicio os diré que de una felicitación puedes sacar, a veces, que te inviten a comer un sábado en la aclamada, magnífica, soleada, acogedora galería de Jordi. Desde ahora, la declaro MÍTICA GALERÍA. Por si acaso, yo lo recuerdo y lo dejo por escrito porque... ¿no sabéis que la memoria tiene patas?



Pssst, pssst... Muack!

Allá cada cúal !

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