El encontrar después de un naufrágio, puede ser llevado a cabo por cualquier alma con voluntad y moral. Parece más bien, un aunto de tiempo y ganas. Sin más.
Las mieles se nutren de guardianes que alejan moscones desaprensivos, se esconden en los miles de colores del arco iris, y su frgancia y tacto varia conforme el día va avanzando. Se organizan innumerables batidas para conseguir el preciado botin, pero no hay camino válido para llegar a la meta. Se distorsionan caminos, se mezclan pistas, se emborronan los aromas... En realidad no conozco nadie, ni sé de nadie que las haya alcanzado.

Pero cada uno de los habitantes de mi planeta pertenecen a una especie, y nunca lo que necesita uno es objetivo del otro, así que cada uno se dispersa siguiendo su camino. Hay miiiiles de restos de naufragio, y hay muchas mieles aunque no llegan a ni una cuarta parte del material de desguace. Y cada uno voluntariamente se decide por lo que se decide, sin que haya razón alguna para darle el alto o extrañarse por lo que desea.
Lo que ellos no saben, es que cuando uno renuncia a su sueño (la miel) lo que provoca es un monton de esfuerzos inservibles que forman ya, un naufragio más, para engrosar el mundo. Un mundo que dada la tecnología existente es cada vez más rápido, más acelerado, más eficiente a la hora de desmoronar tu gran sueño y más hábil a la hora de engañarte con otro. Pues bien sabemos que intentamos tapar fracasos con elementos materiales que pronto rechazaremos... Y así vamos pasando los años, la vida...
Y como dice el anuncio, la vida es aquello que pasa mientras realizas planes. Que no se nos escape la vida como arena entre los dedos de las manos. Que sepamos sacarle todo lo que nos presenta. Que aprovechemos, que tenemos ganas de hacer lo que creamos oportuno. ¡Nos seguimos comiendo el mundo, aunque éste se haga el resbaladizo.! Un dia es un dia, que demonios!!!!