-Pecad, quedaréis satisfechos... !!

Andamos despistados, enfrascados en nuestros quehaceres, que en el fondo no son más importantes que la lavadora de la Sra. María, el rascado matutino de espalda del Sr. Juan, el aireado de la Sra. Isabel y el pipi de las doce del Sr. Joaquín, ineludible como siempre. Pero no podemos quitarles el ojo de encima, son nuestras mayores obligaciones. Cómo nos hemos vuelto!

Estos días de minigira por el país vecino con locomotora llamada Bruce, me he sorprendido de ver las costumbres de los habitantes vecinos, y de sus manias, y de sus negligencias, y de sus pocsa legislaciones y de su simpatía, y de su antipatía. Dos días en cada ciudad da para poco, pero para alguien novato como yo, con los ojos abiertos como platos, y con mucha curiosidad encima, todo es digno de comentario.
Pero no os voy a decir que me quedo con el País Vasco -delicioso, de obligada repetición cada cierto tiempo, para conocerlo y adiccionarte un poco más cada vez- que visité hace poco y Granada ( una ciudad acogedora y muy a mi estilo, con encanto e independiente ). Ni os voy a decir que no estoy a gusto en la capital del Reino, aunque tengo que reconocer que tiene de todo y está limpia. No, sería una crítica muy sencilla y sin demasiados argumentos. No voy a caer en ello. Aunque me gustaría saber las ciudades del país vecino que más a gusto estáis y porqué....
Sólo quería decir que sienta muy, pero que muy bien pecar. Es decir, salirte de la normas, ( lavadora, rascado, aireado, pipi en la hora del Angelus...) da una vidilla enorme. Dejar atrás la rutina para escaparte en manos del viaje y del no-tener-que-hacer en una ciudad y acunarte en las garzas del comer cuando apetece... es un gustazo enorme. Y si además como banda sonora tienes a tu grupo preferido: ¡El clímax no tiene nombre!

Tenemos que pecar muchachos, de alguna u otra forma hemos de hacerlo. Las cosas prohibidas aunque con un valor enegético menor, llenan mil veces más. Los actos aventureros que nos depara la sorpresa, con alto componente del azar, hacen que a veces nos enfademos por nuestra baja planificación, pero luego estás orgulloso de aquello que sólo te provocó risa o molestia.

A veces envidio los jóvenes americanos con cheques de viaje en el bolsillo y seis meses para recorrer mundo con mochila a la espalda. Según sus padres lo hacen para airearlos antes de entrar en alguna "dura" Universidad; pero yo lo veo como un lujo, que seguro ellos ni lo valoran. Se me ha pasado la edad, "cassundenaaaaaaaaa...."

- Pecad hermanos, pecad. Os sentireis orgullosos después... Regalaros un dulce!