lunes, septiembre 04, 2006

Pedacitos de felicidad.

Son las 19.00 del domingo, 3 de septiembre.
La felicidad. Le he preguntado si era feliz y me ha dicho que sí, que España había ganado el MundoBasket y que él era feliz. ¡¡¿¿??!! No he hecho caso. Me ha parecido que estaba emocionado y que confundía términos.
La felicidad. Me he preguntado si era feliz y me encontrado respondiendo que si la felicidad se manifiesta a través de un despertar en la piscina después de un sueño de 10 minutos, encima de un artilugio de colores hinchable en el que te mojas muy parcialmente, que cuando abres los ojos encuentras un cielo azul moteado por las copas de los pinos. Si eso es un pedacito de felicidad, yo lo he experimentado. El solete de la tarde, mientras, te calienta la piel y la mínima brisa hace que navegues por la piscina sin rumbo. El hecho de abrir los ojos y por unos segundos tener que pensar dónde estaba, me ha confirmado que había sido teletransportada al tan caro mundo de la felicidad. La reacción para volver al mundo de los humanos me ha costado unos quince minutos. No podía, no quería bruscamente abandonar tal placer. Ha sido un poco mágico.
Las cosas más simples que pasan en momentos imposibles hacen que nos sorprendamos. Ésta ha sido una de ellas. Yo sólo quería tranquilidad y he sentido felicidad. Fantástico, genial. Me parece, pero, que lo he experimentado porque he degustado el momento, no tenía prisa, me he dejado llevar, porque en realidad no deseaba que pasase, ¡ha pasado! Así, por las buenas.
Supongo que durante estas vacaciones la inmensa mayoría debe haber tenido momentos de felicidad, Eps! Pero no confundir con estar bien, estar a gusto, o estar tranquilo, o no tener que hacer nada. Son significados muy distintos.
Para cada uno, como en todos los temas (punto de sal, vino, periódico, vivienda, meteorología, amigos, vacaciones, sueldo…) la felicidad tiene que reunir unos requisitos. Los hay más sensibles, los hay más materialistas, los hay más soñadores, los hay más simples, los hay musicales, los hay conceptuales, los hay enrevesados… para cada uno toma diversas formas. Pero lo que no tenemos que hacer es dejar pasar por alto aquellos momentos que no tienen precio. Aquellos irrepetibles. Aquellos que la vida te regala como caídos del cielo.
Estemos atentos a esos nanosegundos de felicidad. Hasta incluso hablando con un amigo por teléfono (más impersonal, imposible) de cosas que disfrutas y te interesan... O leyendo un artículo curioso e imaginándote en él… Sé que una felicidad no es un estado que son pequeños momentos. Lo bueno y breve, dos veces bueno. A ver si el destino nos tiene deparados muchos de ellos…
Yo acabo de pasar uno y lo tenía que explicar, con esa cara de tonto que te queda…!!
La felicidad. Te pregunto si eres feliz y estas buscando en tu interior esas briznas de goce, delicia, placidez, encanto, éxtasis, dicha, satisfacción, gusto, bienestar, properidad… ¡Qué difícil un sinónimo de felicidad! Creo que no existe nada comparable… Regodéate con ellas y recuérdalas otra vez.
–Play it again, Sam…
No voy desencaminada, ¿verdad Bohemio?

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