domingo, junio 11, 2006

AUNQUE SEA FUERA DE LUGAR

Estaba yo pensando en vacaciones, y de paso en Natal, costa nordeste de Brasil, cuando en mi mente ha aparecido una caipirinha. Ha sido una visión tan bien definida, con un color y un aroma tan contundente, que se me ha antojado una.
Así, como un golpe en la frente. Yo no tengo ningún tipo de problema en prepármela. En realidad, me salen muy ricas, modestia aparte. La única condición sin equanum es tener los ingredientes. Y yo, por norma general, los tengo siempre a punto. Quien me conoce sabe el porqué, pero de todos modos diré que por la misma razón, debería también de ser capaz preparar un mojito, un white russian, o un manhattan. Y no. Éstos no los puedo preparar porque no me cautivan y por tanto, no tengo los ingredientes preparados por si algun día, como hoy, me da el puntazo y me apetecen. De hacerlos, los sé hacer, y me salen muy buenos, pero al no gustarme con pasión, no tengo la menta, el kalúa, y/o la ginebra que respectivamente, estos cócteles necesitan. En cambio, siempre tengo en casa limas, cachaça, azucar y hielo dispuesto para mezclar. No hace falta que os explique como se hace una caiprinha, porque hoy el tema no es éste. Sólo os quería hacer notar que los humanos, tan espavilados y listorros que somos, estamos dispuestos a tener absurdidades en casa o a nuestro alcance para satisfacer nuestro hipotético, caprichoso bienestar.
A ver, otro ejemplo. ¿no creeis una estupidez pedir por vuestro cumpleños un teléfono con cámara, cuando sois de aquéllos que siempre lleva la camara digital de 7 megapíxels com tarjeta de 520 mb de memoria? ¿y la máquina come bolas de jerseis que cuando aquella única vez la necesitaste, no la encontraste?¿y el boli con puntero láser que pediste y que no has usado sinó para apuntar el careto de un transeúnte cuando fardabas al amigo?¿y la gorra de F.Alonso que te pones sólo el dia que hay carrera en el circuito del pais?¿y la camiseta del último concierto de los Rolling Stones que sólo te la pondrás cuando de aquí tres años vuelvan a actuar por el país? Somos caprichosos, y por eso se venden ( y se compran) tantos variopintos artilugios que un día tiraremos a la basura con tan sólo varias horas de uso a tutti pleni.
Parece que todos los objetos que compramos sean de necesidad extrema. Y es que tenemos una capacidad inventiva, a veces, sin límite que nos permite justificar cualquier decisión de compra, por absurda que sea. Y si encima nos gusta el tema, o nos cautiva el pais de procedencia, o nos cae simpático el señor que lo anuncia, o sabemos que ése objeto da prestigio, o que remotamente la vitamina o la bacteria que contiene incita la inteligencia, o ayuda al tránsito intestinal sin semáforos ni retenciones en horas puntas, entonces... ¡hasta incluso podemos comprar un pack de cuatro! Somos así de sencillos.
Por eso en casa siempre tengo limas, a veces las he de tirar pues se pasan, pero siempre hay. Poruqe me gustan con delirio, porque me gusta hacer cócteles, porque me gusta poder ofrecer una caiprinha si viene alguien a casa, porque no reparo en gastos (en este caso no es una ruina, ¡por suerte!) cuando hay algo que te hace gracia y que disfrutas si lo haces.
También diré que lo que me pasa es que me estoy preparando para el dia que vaya a Brasil. Así estaré entrenada por si las caipirinhas me persiguen y me quieren hacer caer en sus trampas. Porque parece ser que allí esto pasa mucho. Uno llega convencido que lo ha probado todo y cuando se deja influenciar por una alma nativa y su bebida nacional, cae en las redes de una de las bebidas más refrescantes, sabrosas, naturales, revitalizantes y animosas que hay en el mundo entero. Dicen que la samba entra por la bebida y se te instala en todo el cuerpo. Por lo pronto y si no estás sentado, el movimiento sensual empieza a coger alas y en instantes montas una rúa al más puro estilo carnavalesco.
Ufffff... Me tendreis que perdonar, porque aunque sea fuera de lugar -estoy en Barcelona- me han entrado unas ganas locas de empezar a machacar la lima y mezclarla con el azúcar y añadir la cachaça y el hielo... me está entrando salibera. Ya tengo sed. Y como me sale tan buena, me la tomaré y me congratularé de ser "caprichosa" y tener a mi disposición aquéllo que necesito, por si acaso me apetece. Y es que, no lo dudéis necesitamos todo lo que tenemos y seguramente, no tenemos todo lo que necesitamos... Y si no, piensa un momento en ello... ¿A que tengo razón?

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