miércoles, octubre 22, 2008

Me deprimo o me alegro?

Chafardeo, me pierdo por internet y no aparecen los espías y los malos sanguinarios de los que nos protejemos a más no poder con los "anti-lo-que-sea". No están, o bien los esquivo (poco probable, pues no soy ducha en el tema) o bien no me encuentran, dado el escaso interés que les despierto. Me deprimo, o me alegro, así no tendré que buscar "flit" para eliminarlos.
Paseo por las calles, tranquilamente, entro en las tiendas, no hay ventas. Los miles de posibles compradores se alejan de las cajas registradoras como de la tiña, no hay money para gastar, seguiremos con los zapatos del año pasado. A todo nos pasa lo mismo. Me deprimo, o me alegro, así no tendré que hacer cola para ver una camiseta color naranja que me gusta.
Leo mi libro apasionadamente, "Les veus del pamano", bien sentada en casa, en el ático, con el silencio que deprenden los coches que pasan allá abajo. La luz de no-sol (en estos momentos) y la calma me invaden; el trabajo no-matutino que tengo, me deja la libertad del día. Me deprimo por la solitud y por el mundo al revés que me toca vivir, o me alegro porque hago miles de cosas con las que hasta ahora no me había deleitado.
Pienso en esta situación en la que los aires de grandeza han llevado a esta sociedad. La avaricia, la máxima opulencia a la que estábamos dispuestos ha llegado a colmar el vaso, y se nos ha caido de las manos y nos estamos haciendo daño. No sé si laclase mediana-baja se salvará, espero que sí, pero habrá selección natural, como Darwin vaticinaba. Sólo los más fuertes y los más inteligentes pasarán la criba. Me deprimo por el abuso de los grandes (que cda uno interprete), o me alegra pensar que sólo los fuertes pasaremos, que los incompetentes van a dejar la piel. Porque sé que los míos van a pasar, porque confío en ellos. Me deprimo otra vez, pues me alegro del mal ajeno... y me pregunto ¿es malo querer con toda el alma salvar el propio pellejo?

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