jueves, octubre 16, 2008

Las puertas, abiertas

Las puertas me gustan abiertas. Cuando alguien cierra una puerta estando en mi casa, recibe un aullido por mi parte, que reivindica el paso del aire libremente. Sólo en el lavabo se cierra la puerta para preservar la intimidad en esos momentos, llamémosles delicados. Sólo. Cuando uno se ducha y si no hace el suficiente frio, se ducha con la puerta abierta... qué le vamos a hacer, es así!

No sé como a otras personas les gusta las puertas cerradas al ir a dormir, al entrar en una habitación para leer, planchar con la puerta cerrada, jugar al ordenador con la puerta cerrada... será que a mi me gusta hacer comentarios de todo y si no hay nadie cerca, doy un grito y espero respuesta (siempre que haya alguien en casa, claro!)

Ahora mismo tengo ante mi -la foto lo corrobora- seis puertas abiertas. No sé si la última se ve, pero son seis. Me da la sensación de que la estancia es grande, que puedo moverme por cualquier sitio, que puedo ir en cualquier momento dónde sea. Y si viene alguien no te pillará por sorpresa, y si se declara un incendio tienes camino por correr... No sé cual es la razon definitiva, pero no me gustan las puertas cerradas y cuando voy a alguna casa, lo peor que pueden hacer es cerrar puertas, me da la sensación que siempre se esconde alguna habitación fea desordenada, o un muerto por enterrar. No hace falta que te enseñen la casa, como de rigor impone la hospitalidad, pero que nadie cierre puertas, que entonces ya me buscaré la manera para que abran esa puerta tan casualmente bien encajada.

Si se hacen las cosas naturalmente, pasan desapercibidas, pero si uno quiere esconder y finge y actua teatralmente pata “que no se note”... Ha! Vamos listos! Es entonces cuando todo el personal presente calla, se gira y te escruta con la mirada. Por tanto, las puertas abiertas son un simbolo dde tranquilidad, de aquí esta todo lo que hay, y nadie quiere fisgonear, lo da todo como natural... o no?

Si hace frio y hay corriente de aire, las puertas pueden cerrarse, deben cerrarse para ahorar calefacción y constipados, pero insisto, sólo bajo estas circunstancias. Igual que las persianas al ir a dormir, medio abiertas para ver como el mundo evoluciona mientras tu te das un receso, ya sea con los dos ojos, ya sea con un ojo lleno de legañas, para luego seguir planchando la oreja, o para levantarte de inmediato pues haces tarde...

Para qué aislarnos del mundo, a las buenas o a las malas... seguimos en él!

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