domingo, octubre 07, 2007

Paraisos: Venga...¡a ver si es verdad!

El tiempo cambió en todas sus dimensiones, durante ocho días en Formentera. No puedo calificar estos dias como de simples vacaciones, han sido más que eso. Mis acompañantes han sido de lo más genial que podía encontrar. El bajito porque es bajito y alegre, y se deja llevar, y el más alto, porque tiene unas salidas tremebundas cuando se levanta por la mañanas, porque come por los codos y porque quiere disfrutar de la vida y todos sus momentos.... también cantar en italiano, o recitar poesías del carajo... que risas!!!
Los días discurren largos, con todas sus fases solares y lunares. Desde las siete y media, con libro en mano y la fresca brisa de la mañana en la desierta calita, hasta la medianoche, con estómago saciado y risas y charlas a nuestras espaldas. Leer un libro como "El Padrino" en seis días ha sido excepcional y encima, poder ir comentando las escenas más impresionantes ha sido de envidia, las tertulías enriquecen... por cierto, recomiendo la lectura de la obra de Mario Puzo, sin dudarlo. (ahora, estoy de nuevos con als películas, ¡qué obras de arte!...)

No sólo aparece la vida en todo su esplendor, no sólo el sol aparece más brillante, no sólo las horas están compuestas de minutos y segundos, no sólo los chipirones saben a chipirones, no sólo el vino es para saciar la sed... degustar lento de los momentos parece el paraiso. La deducción consecuente de todo es que la prisa es muy mala aliada. Las con calma, una a una, sin amontonamientos de miles de lugares para visitar, miles de museos, iglesias, ruinas y cementerios que ir, miles de míticos parajes a los que acudir, miles de souvenirs que comprar agotan a todo ser viviente. La gracia ha sido que en estos días no ha habido prisa, el "dolce far niente" invadió nuestras mentes, nuestras almas, nuestros cuerpos y seducidos hasta la médula, nos dejamos hacer. Y fué placentero, disfrutante y vicioso, muy vicioso.

No disfrutar de las vacaciones es triste, incómodo y real, demasiado real. Y lo corroboro, porque no hay persona que hable de "sus" días, que no narre una especie de gincama. Y sinó, ¡ojo al parche! o mejor...¡afina los oidos! La mejor opción para poder sentir los días pasar, sin que te arrastren, sin que te engullan, es vivirlos en todos los momentos, que mires el reloj y aún sea la media.

Me gusta ir haciendo, cultivando amistades. Las cuidas, te cuidan, las conservas, te conservan, te complementas mutuamente, compartes gustos, compartes opiniones, se desencadenan puntos de vista distintos, los discutes, haces sobremesas, ... deberíamos practicar y no dejar de regar y abonar los amigos, están y te los encuentras en los más raros recodos. Y la família de Formentera ha sido un inmenso ejemplo de lo que digo. Las buenas sorpresas que no esperas son de lo bueno, lo mejor. Y poder decir sin manias ni tapujos -Venga! A ver si es verdad!! sin razones desafiantes sinó con sólo ánimos de reir, ha estado genial.

Por otro lado decir que las playas de Formentera no tienen nada que envidiar a las playas de cocoteros del Caribe. Bueno, si!!! Sólo envidiar los cocoteros y las palmeras típicas de las imágenes. El agua cristalina de aquéllos hermosísimos miles de tonos turquesa, está muy cerca de nosotros, no hace falta cruzar el charco. La gastronomía en temporada (desde mayo a octubre) de la isla, es de lujo. Y los caldos que hay siempre te hacen dudar... con lo cúal... ¡a elegir toca! En la foto, playa d'es Arenals, con un restaurante buenísimo, que parece un chiringuito, del mismo nombre. Las apariencias engañan y qué bien engañan!!!...
También recomiendo un viajillo a la isla. Si puede ser, fuera de épocas de bullicio y para mejor disfrute con compañía de confianza... Será de lujo!Hay cangrejillos, pulpos, pececitos que dan mordisquitos y alguna que otra medusita (pocas, pero alguna hay). Hay algún que otro tipo de animales, pero con estos no me meto, pues en ocasiones saben conducir y también va bien para ir a buscar agua.... jejejeje....

Con todo ello, quisiera comentar que el paraiso también existe y en general, mucho más cerca de lo que creemos. La felicidad, como oí de Miki Moto, está en uno mismo, sólo es cuestión de saberla ver y compartirla, si es lo que queremos. De vez en cuando... ¡que bien sienta!... sólo de vez en cuando, pues demasiado a menudo no la saborearíamos con tanta pasión.
Confieso que llevaba a Bruce Springsteen en la memoria de mi ipod, pero Dios me perdone, sólo lo puse cada día, para despertarme con su alegre canción Waitin' on a sunny day, como cada mañana, como siempre. Quise alejarme de mi realidad voluntariamente... para luego valorarla mucho más.... bajito confieso, que esperaba con candeletas el nuevo trabajo, Magic, que ahora estoy estudianado cuidadosamente... jejeje...









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