Abandonos...

No puedo entender cómo aquellas famílias podían subir a ese coche que les llevaría al abandono. No entiendo cómo se puede ser tan desalmado como para abandonar un perrillo o gatillo ( V., te dedico estas expresiones) y alejarte de él. Me siento como ese desaprensivo conductor que hace bajar al animalillo y vuelve al coche corriendo cerrando la puerta ante los ojillos del bicho de turno. Y eso que el blog no tiene ojos, no tiene sentimientos, no tiene ganas de jugar nunca.... Ufff... no me puedo imaginar si el "ante todo, mucha calma" pudiera expresarse...

Pero ya ha pasado el tiempo del abandono, de la mucha calma no-forzada, de los virus en el ordenador, de las salidas intempestivas sin día fijo para volver... las cosas, menos mal, vuelven a su cauce, pero advierto que no evito sorpresas ni altos desvarios....mmmm... Son la sal de la vida, y reconozco que me gusta demasiado la sal, una tortilla sin sal, no es tortilla ni es nada....

Tras el gran desánimo ( otro abandono forzado) por no haber conseguido entradas para ir a ver a Bruce Springsteen en Madrid, el próximo 25 de noviembre, sólo me queda ir a por todas, para ir a Bilbao. Sé que vendrá a Barcelona en primavera (malas lenguas lo gritan), pero no puedo esperarme. Necesito inyectarme en mis venas de ésa sabia que sólo el, y su música saben dar. Ese ronroneo que induce a la eufória y que te levanta el ánimo súbito, te quita años (yo, precisamente, no lo necesito, ehem, ehem... pero sé de otros que sí les pasa) y te sigue poniendo a tono. Sus letras, brusísticas de nuevo, su rock, otra vez a tope, son la droga que te empuja. La identificación con lo que expresa en sus canciones, me pone los pelos de punta. ¿Cómo lo sabe, él, que tantas letras hablan de mi?

Disertaciones a parte, con el ordenador que tengo que comprarme haré maravillas. Y volveré a ser feliz (ahora me falta algo, ya sé que parece imposible que un trozo de papel que te permite entrar a un concierto, te pueda tranquilizar el espíritu... pero es así, Bruce!) con las yemas de los dedos aporreando teclado. Tengo tantas historias e histerias que contar, que se me amontonan cómo piedras en el tejado. De momento, no ha petado el tejado...

Amenazo con alimentarte hasta la saciedad, querido blog. No te volveré a abandonar.... Y haz el favor de no mirarme así, que rompo a llorar.... narices!!!